El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) cuestionó este lunes el trabajo de Michelle Bachelet como Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos por «dar la espalda» a la tragedia de los cubanos.
«Bachelet no ha estado a la altura en la defensa de los derechos humanos de los cubanos. Durante su mandato no se ha producido ninguna denuncia ni investigación pública sobre la represión en Cuba, en momentos en que el gobierno ha radicalizado el acoso y hostigamiento contra los diferentes actores de la sociedad cubana, incluso utilizando la situación de pandemia», explicó el organismo.
Recordó que a la represión contra activistas políticos y periodistas independientes ahora se ha sumado una persecución por encima de lo habitual contra artistas y otros actores del mundo cultural, entre ellos el Movimiento San Isidro. Asimismo, la impunidad en los casos de brutalidad policial, la indolencia y falta de transparencia en casos de violencia contra las mujeres, en especial con los femenicidios, y la falta de políticas reales para revertir las desigualdades de los afrodescendientes en materia de acceso a determinados sectores laborales.
También denunció que, coincidiendo con su mandato en ese organismo de la ONU, ha ocurrido el mayor deterioro de los derechos sociales en Cuba, lo que ha llevado a la mayoría de los cubanos a una situación de empobrecimiento extremo.
En 2004 el Grupo de Alto Nivel sobre las Amenazas, los Desafíos y el Cambio de la ONU emitió un informe contundente sobre la Comisión de Derechos Humanos, en el cual alertó: “Nos preocupa observar que en los últimos años ha habido Estados que se han hecho partes en la Comisión no para afianzar los derechos humanos sino para protegerse contra críticas o para criticar a otros. La Comisión no puede ser creíble si se considera que aplica dos medidas distintas cuando se trata de cuestiones de derechos humanos”.
Este es un asunto de vital importancia, porque, 17 años después, el Consejo, órgano sucesor de la Comisión, sigue arrastrando los mismos problemas, siendo tribuna de gobiernos como el cubano, con una nefasta trayectoria en materia de derechos humanos. Si bien la elección de los miembros no es responsabilidad directa de la Alta Comisionada, creemos que la aquiescencia de ésta ante la situación cubana, podría haber sido interpretada por otros estado como un factor de legitimación.
La organización, con sede en Madrid, hizo notar que Bachelet ni siquiera sintoniza con posiciones moderadas sobre cómo abordar la situación de los derechos humanos en Cuba de instituciones como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Human Right Watch (HRW) y Amnistía Internacional.
«Nos pareció razonable que durante el inicio de su mandato optara por una gestión discreta con respecto al tema, para mantener un canal de comunicación fluido con La Habana. Sin embargo, visto el comportamiento del gobierno cubano en materia de derechos humanos, dicha estrategia no ha dado resultados y, por tanto, nos preocupa que tampoco se haya hecho algo para modificarla», indicó el OCDH.
«Consideramos que la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos requiere una mirada menos ideológica y enfoques más serios sobre la situación de los derechos humanos en Cuba», precisa el organismo.
ACCIONES REPRESIVAS EN CUBA 2021
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