El manifestante del 11J y joven músico cubano Abel Lescay invitó a los responsables del Instituto Superior de Artes (ISA), universidad donde está matriculado, a dejar su papel subalterno ante los órganos represivos del régimen totalitario cubano y afrontar la verdad de su caso y su condena de seis años de prisión.
“Gracias por no ser la parte más represiva de la dictadura”, les dijo este martes el estudiante de segundo año de Música, respondiendo a la publicación por la revista Alma Mater de la declaración del Consejo Universitario del ISA, en la que este órgano expresó su rechazo a lo que calificó como “campañas que en nombre de la comunidad universitaria pretenden desacreditar a la Revolución”.
La declaración institucional defendió en todo momento el proceder de las autoridades del país, así como el “seguimiento” dado por “las principales autoridades del ISA” al “proceso” en contra del estudiante, al que achacó una “actitud cívica” contraria a los valores que defiende la también denominada Universidad de las Artes, “una institución creada por la Revolución”.
“Resulta evidente la intención de un grupo de personas -algunas de las cuales estuvieron vinculadas al ISA en calidad de estudiantes y profesores, y que hoy participan de un activismo político contrarrevolucionario en las redes sociales- por generar episodios de crisis que atenten contra el funcionamiento de la institución y desgasten a sus autoridades, limitando de ese modo el avance de los procesos formativos y culturales que se desarrollan en esta casa de altos estudios”, indicó el Consejo Universitario.
Plagada de la palabra “revolución”, la declaración acusó a “medios de prensa y operadores políticos” de intentar “manipular la transparencia de los juicios acontecidos a raíz de los sucesos del 11 de julio de 2021”.
“Invito a los Alma Máter y a los del ISA a interesarse por saber qué dice la sanción”, sugirió Lescay en su respuesta, afirmando que no había visto “ninguna campaña universitaria para desacreditar a lo que llaman Revolución, irrespetando el castellano”.
Una carta abierta publicada recientemente en Facebook por el Movimiento #FreeAbelLescay fue calificada por el Consejo Universitario del ISA como parte de “una actitud abiertamente en contra de la Revolución”. Según la declaración del Consejo, la iniciativa solidaria “ha servido de pretexto para que activistas políticos y personas ajenas a la Universidad se sumen a la campaña de difamación que ha venido articulándose con mayor fuerza en los últimos años”.
Firmada por más de 100 personas entre estudiantes, egresados, profesores de la Universidad de las Artes, entre otros actores de la sociedad civil cubana, la carta se refirió a las declaraciones de Miguel Díaz-Canel, señalando que ningún estudiante universitario sería puesto en prisión por los sucesos del 11J.
“No hay nada de eso, al contrario, todos ellos se van a incorporar a sus universidades, las que nunca han sido exclusivas para revolucionarios o no revolucionarios. Lo que sí aspiramos es que la formación sea revolucionaria”, dijo el gobernante.
Agradecido por el apoyo brindado por algunos responsables de su centro docente, Lescay apuntó a aquellos otros que, en su afán de complacer a los represores que sobrevuelan el ISA, contradicen incluso lo asegurado por el propio Díaz-Canel: que no se sancionaría a los estudiantes universitarios que se manifestaron durante las históricas protestas del 11J en Cuba.
“La Universidad de las Artes es un espacio de crecimiento artístico e intelectual, en la cual se defiende la libertad de creación como forma de expresión individual y colectiva; pero no dará espacio a los enemigos de la Revolución para que de forma impune orquesten sus campañas e intenten desestabilizar la grandeza de una obra que, a pesar de las carencias materiales y las limitaciones económicas que atraviesa el país, ha sido esencial para el campo cultural cubano y ha aportado a la sociedad prestigiosos profesionales del arte”, concluyó la declaración del ISA.
Confesando su “empingue” por la retórica absurda de la declaración institucional, Lescay acusó a sus autores de mentir. “Para terminar sin sentirme impotente, les digo a los redactores de este texto que son unos descaraos y unos hueleculo, pero lo hago con buenas intenciones”, concluyó el artista con evidente sorna.
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