El 10 de marzo de 1952, el entonces general Fulgencio Batista, quien había sido presidente de Cuba entre 1940 y 1944, propició un golpe militar que derrocó al gobierno constitucional del presidente Carlos Prío Socarrás. Este suceso alteró el orden constitucional de la República de Cuba, dando inicio a un período dictatorial en la historia gubernamental del país, que se extiende hasta nuestros días en el régimen comunista implantado por Fidel Castro en 1959.
Antecedentes
Durante las décadas de 1930 y 1940, Cuba atravesó un período de inestabilidad política marcado por la corrupción, la falta de democracia y la dependencia económica de Estados Unidos. En este contexto, surgieron diversos movimientos políticos y sociales que buscaban reformas y cambios en la sociedad cubana.
En 1940, fue elegido presidente de Cuba el general Fulgencio Batista, quien prometió llevar a cabo un programa de reformas políticas y sociales. Durante su mandato, se creó una nueva Constitución que establecía el sufragio universal, la separación de poderes y la libertad de expresión, entre otros derechos y garantías.
Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, Batista fue perdiendo popularidad y se enfrentó a diversos conflictos políticos y sociales. En 1944, fue derrocado por un movimiento cívico-militar que instaló en el poder al presidente Ramón Grau San Martín.
Durante la década de 1940, también surgió en Cuba un movimiento político conocido como el Ortodoxismo, liderado por el abogado y político Eduardo Chibás. Esta corriente política promovía la lucha contra la corrupción y la defensa de los derechos ciudadanos. En las elecciones presidenciales de 1948, el candidato del Ortodoxismo, Carlos Prío Socarrás, fue elegido presidente de Cuba.
Causas
Uno de los factores que contribuyó al golpe militar fue la crisis económica que atravesaba Cuba en aquellos años. La economía cubana dependía en gran medida de la exportación de azúcar a Estados Unidos, lo que la hacía vulnerable a las fluctuaciones del mercado internacional. El gobierno de Prío Socarrás enfrentaba dificultades para controlar la inflación y equilibrar el presupuesto nacional.
Otro factor que influyó fue la inestabilidad política y social que se vivía en el país. Durante el gobierno de Prío Socarrás, se registraron numerosas huelgas y manifestaciones populares que reclamaban mejoras en las condiciones de vida y trabajo de la población. La oposición política al gobierno de Prío Socarrás se intensificó, especialmente por parte de la oposición ortodoxa liderada por Eduardo Chibás.
El creciente descontento de ciertos sectores militares con el gobierno de Prío Socarrás también contribuyó grandemente a agravar el clima político de entonces. Algunos oficiales consideraban que el gobierno no estaba tomando medidas suficientes para combatir la corrupción y la delincuencia, y que esto estaba afectando la seguridad nacional. Fulgencio Batista, quién habría mantenido una influencia política y militar importante en el país desde su derrocamiento en 1944, aprovechó el descontento y la inestabilidad política para intervenir militarmente y consolidarse en el gobierno de Cuba.
Golpe militar
El golpe militar se llevó a cabo el 10 de marzo de 1952. Ese día, Fulgencio Batista lideró un grupo de militares que tomaron el Palacio Presidencial de la capital. Carlos Prío Socarrás, presidente electo, quién se encontraba de vacaciones en la residencia presidencial de Campo Florido, intentó resistir el golpe pero finalmente desistió ante la superioridad militar de Batista.
En los días siguientes, Batista logró consolidar su poder autoproclamandose presidente de Cuba. Disolvió el Congreso, el Senado y los partidos políticos, y suspendió la Constitución. El golpe recibió resistencia de diversos sectores de la sociedad cubana, en particular desde el movimiento ortodoxo liderado por Eduardo Chibás, quién denunció la toma del poder por parte de Batista como un acto de traición a la democracia y a la voluntad popular. Sin embargo, las fuerzas políticas y sociales que se opusieron al golpe no lograron impedir la consolidación del nuevo régimen militar.
Reacción popular
En los días y semanas siguientes al golpe, se llevaron a cabo numerosas protestas y manifestaciones en contra del nuevo gobierno militar de Batista. Muchos cubanos se indignaron ante el hecho de que un grupo de militares había tomado el poder por la fuerza violentando el orden constitucional.
Uno de los movimientos más destacados que surgió en respuesta al golpe fue el M-26-7, liderado por Fidel Castro, el cual llevó a cabo numerosas acciones significativas contra el gobierno militar de Batista, entre ellas el ataque al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba.
Otro movimiento que se opuso activamente al golpe fue el Partido Ortodoxo, liderado por el Dr. Eduardo Chibás. Después del golpe, el Partido Ortodoxo se convirtió en una fuerza significativa de oposición al régimen militar de Batista y luchó por la restauración de la democracia en Cuba.
La sociedad civil también se organizó en diversas asociaciones y grupos de defensa de los derechos humanos y la democracia.
Uno de los más destacados fue el Movimiento Nacionalista Revolucionario, liderado por el jóven estudiante José Antonio Echeverría. Su movimiento llevó a cabo numerosas acciones de protestas y resistencia contra el gobierno militar, culminando en su asesinato a los pies de su propia sede, la Universidad de la Habana, la noche del 13 de marzo de 1957, en la que dirigió un ataque armado al Palacio Presidencia junto a la toma a mano armada de la emisora nacional Radio Reloj, donde pronunció su conocida alocución al “pueblo de Cuba”, anunciando el “ajusticiamiento del tirano”.
La reacción popular al golpe militar del 10 de marzo de 1952 fue una muestra de la fuerza y la determinación con que contaba la sociedad civil cubana entonces, aún enraizada en el estado de derecho, los valores respublicanos que fundaron la nación, y el respeto por los derechos y libertades fundamentales. A pesar de la represión y la violencia desatada por parte del gobierno militar de Batista, los movimientos y grupos de oposición continuaron luchando por la restauración de la democracia y el orden constitucional.
Consecuencias
El golpe militar del 10 de marzo de 1952 constituyó una regresión en materia de derechos y libertades políticas en el país. Generó un clima de inestabilidad y polarización política que perduró durante toda la década de los años 1950. A este se le atribuye históricamente el haber constituido el factor fundamental que condujo al triunfo del régimen comunista implantado por Fidel Castro en 1959, el cuál ha permanecido en el poder por mas de seis décadas.
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