La madre cubana Daneilis Tamayo y sus tres hijos llegaron a los Estados Unidos el pasado 8 de febrero en una balsa. Desde entonces, han estado viviendo en las calles de Hialeah, Florida, durmiendo en una de las aulas de la iglesia Rescate.
La familia enfrenta una orden de deportación y no tiene estatus legal en el país, lo que hace difícil conseguir trabajo o un lugar donde vivir.
Según contó a Telemundo 51: “Es difícil, porque solamente podemos estar en la iglesia de 6:00 de la tarde a 8:00 de la mañana. Me han dicho que puedo venir y estar con los niños cuando tengan sueño, pero es difícil, porque ahí no podemos consumir nada, no podemos tener alimentos, no puedo hacer nada de comer porque se echan a perder las cosas. No tengo trabajo”.
Hoy, Daneilis Tamayo se siente agradecida por la ayuda que ha recibido de la comunidad, que ha brindado su apoyo de manera inmediata.
A pesar de las dificultades que enfrenta, está feliz de haber llegado a Estados Unidos, la tierra de la libertad, y de estar aquí con sus hijos.
El pasado miércoles 8 de marzo su hijo menor cumplió 4 años de edad. Tras la difusión del caso, los trabajadores de una guardería de Coral Gables se dieron a la tarea de organizar una celebración para el niño, en la que pudo disfrutar junto a otros niños de su edad. Para Daneilis y su hijo resultó un día inolvidable.
“Me siento feliz porque, aunque no pude darle yo nada al niño, varias instituciones le han dado muchos regalos, y el mejor regalo para mí fue traerlo aquí a este país, donde es libre”, señaló.
Tras la difusión de su caso en redes sociales, Daneilis recibió una estupenda noticia cuando una empresaria, que prefirió permanecer en el anonimato, le proporcionó dinero para que pudieran alquilar un apartamento.
Desde hoy, Daneilis Tamayo no dormirá mas en las calles. Desde esta noche dormirá en una cómoda habitación de hotel y a partir del próximo miércoles vivirá en un apartamento, todo gracias a la comunidad cubana en Miami.
Gracias a la respuesta generosa e inmediata, sus tres hijos ya están ubicados en escuelas y cuentan con asesoría legal para evitar una deportación.
“Sin palabras con la hospitalidad de los vecinos y de todo el mundo”, concluyó.
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